Una solución potente y efectiva para pieles con tendencia acneica. Esta máscara purificante actúa desde la primera aplicación, reduciendo la grasitud, desinflamando y formando un escudo protector contra nuevas lesiones. Su fórmula combina activos reconocidos por su acción seborreguladora, purificante y calmante, logrando una piel visiblemente más limpia, uniforme y saludable.
Transformá tu rutina de cuidado con una máscara eficaz, equilibrada y pensada para restaurar la salud de tu piel. Menos grasa, menos brotes, más confianza.
Purifica en profundidad y elimina el exceso de sebo.
Disminuye pápulas y pústulas con efecto rápido y prolongado.
Forma un escudo protector contra brotes futuros.
Ideal para aplicar en rostro, espalda o zonas puntuales
Bentonita: arcilla natural con gran capacidad de absorción. Remueve impurezas, exceso de oleosidad y toxinas, dejando la piel fresca y mate.
Nicotinamida (Niacinamida - Vitamina B3): potente antiinflamatorio que reduce la aparición de brotes, regula la producción de sebo y mejora visiblemente el tono y la textura de la piel.
Azufre: activo clásico en el tratamiento del acné. Tiene propiedades queratolíticas, antibacterianas y seborreguladoras. Ayuda a secar granitos y a prevenir su reaparición.
Clorhidróxido de Aluminio: actúa como agente astringente que contribuye a controlar la producción de sebo y cerrar poros dilatados.
Extracto de Manzanilla: descongestivo natural con efecto calmante, ideal para reducir la inflamación y aliviar la piel irritada por lesiones acneicas.
Extracto de Hamamelis: con propiedades astringentes, antisépticas y antiinflamatorias. Reduce la oleosidad y ayuda a minimizar poros.
Alantoína: ingrediente dermoprotector que promueve la regeneración celular. Calma y suaviza la piel tras la acción purificante de la máscara.
Aplicar con pincel sobre rostro, espalda u otras zonas afectadas por brotes. Dejar actuar durante 15 minutos y retirar con esponjas embebidas en agua.
Pote de 250 gr.